Escribe: Marcos Tricarrico
El dolor de haber sido testigo presencial de uno de los hechos que entristecieron a nuestro querido fútbol de ascenso, aún perdura en mí y me lastima en el alma de hincha, porque más allá de mi profesionalidad jamás he renunciado a ser simpatizante de Excursionistas, club del que me honro en pertenecer. Decía líneas arriba, que había sido testigo presencial de un hecho triste como el ocurrido en abril del año 2000, acontecido en nuestro estadio de La Pampa y Miñones en el partido disputado entre nuestro equipo y Comunicaciones. Aquella tarde de domingo y al término del encuentro, se produjo una invasión del campo de juego que derivó posteriormente en una gresca generalizada. Tal circunstancia le valió a nuestro Club Atlético Excursionistas, la quita de “21 puntos” y la consecuente pérdida de un ascenso bien ganado en la cancha. La AFA entendió, por aquellos días en donde los “medios de prensa” repetían una y otra vez las imágenes, que la sanción debía ser ejemplificadora y por ello fundó su decisión de quita de puntos. Pero al dolor lógico de ver como se nos arrebata un sueño, se inicia un largo proceso de persecución y destrato por parte de todos los estamentos del fútbol, llámase dirigencial, gremial y organismos de seguridad. De nada valió la conferencia de prensa ofrecida por el entonces presidente Camilo Scorpaniti, ni la voluntad de los jugadores y cuerpo técnico de colaborar y ayudar a sus pares de Comunicaciones aún en días posteriores. Excursionistas pasaba a convertirse en el “chivo expiatorio” de un fútbol necesitado de excusas que justifiquen su accionar, endeble, carente de valores, ideales y por sobre todo de honestidad. Necesitaba lavar sus culpas, esas que todavía posee y de las que no se hace cargo.
Pero también la política, descarnada, vil, espúrea utilizó al “Verde” como “caballito de batalla” en la campaña electoral llevada a cabo por los entonces candidatos a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra y Domingo Cavallo. Todos los dedos acusadores marcaban la entrada de La Pampa 1376, y los dichos duros actuaban como lanzas hirientes en las almas de todos los sufrientes “Leales y Peregrinos” albiverdes. Con dignidad se logra redimirse, con honra se suele enmendarse, con voluntad se sabe corregirse y con dichos valores, Excursionistas fue trabajando por ser mejor, por estar a la altura de un fútbol argentino que, al día de hoy, viene en picada libre. Toda lastimadura trae consigo una cicatriz, y esa es la que debimos llevar por los dichos de un ex jugador y quizás hoy también, un ex hombre con ideales, con compromiso y si se quiere con códigos aunque dicho término, no es de mi entero gusto. Ese sujeto, porque hoy se ha ganó tal calificación y no la de ciudadano o dirigente gremial puesto que decir ello sería faltarle el respeto a quienes bien ganado tienen dichos títulos, supo decirle al entonces presidente de nuestro club “impresentable”.
Tras largos 11 años y 8 meses “recojo el guante” para públicamente demostrarle que es él, Sergio Marchi, un “impresentable” ex jugador que nada hizo por el fútbol, un impresentable dirigente gremial que no logró aportar nada a los futbolistas y que, con su silencio cómplice y sospechado, contribuyó para que éstos no puedan cobrar lo que por ley les corresponde como ser el porcentaje de una transferencia, tal como le sucediera al ex jugador de River Plate Buonanote recientemente. Pero lo más grave es que su no acción, su no aparición en público, propia de alguien que se sabe sucio, contribuyó para que hechos de violencia siguieran ocurriendo lamentado, en muchas ocasiones, la muerte de hinchas del más hermoso de los deportes. La vida hoy nos pone, me pone y lo ponen frente a frente, cara a cara nuevamente ante una realidad durísima como la vivida el sábado pasado por nuestros dirigentes Ángel Lozano, Gustavo Antelo, Javier Figoli, Eduardo Castro entre otros y la padecida por los jugadores, en especial Gerardo Castro, quien al igual que el resto son sus ex colegas de profesión, son sus afiliados porque mal que le pese Sergio Marchi, ellos también son parte del fútbol por más que la divisional “C” no sea profesional. Es dicha divisional Sergio Marchi, la misma que años atrás utilizó asquerosamente para hacer su política barata, sucia y afortunadamente es ella misma, la que hoy lo pone en evidencia, lo muestra tal cual es, un pésimo dirigente gremial, un inepto hombre del fútbol, un cobarde que no puede hoy dar la cara, que no puede hablar frente a un micrófono y mucho menos mirarnos a nosotros, a los hinchas del Club Atlético Excursionistas.
Sólo los iluminados saben reconocerse a sí mismo y aunque me cueste creerlo quizás Ud. lo sea, porque, martes 18 de diciembre de 2012, puedo afirmar que hace 11 años y 8 meses atrás Ud., Sergio Marchi, supo definirse, supo decirse tal cual es hoy, en un ser IMPRESENTABLE.