Qué difícil se hace escribir tras los ocurrido el sábado 15, mañana va a hacer una semana y ya casi no se habla de las salvajes y cobardes agresiones a los jugadores y dirigentes de nuestro querido Club: y en parte también por todo lo que se está viviendo en este pobre país, robos, crímenes a diario, asaltos, asesinatos incluso a policías, que los bajan como a moscas, ahora los saqueos repartidos por el ancho y lo largo de nuestro territorio, también con saldos luctuosos. ¡Qué mal estamos! Una sociedad que parece caerse a pedazos... individuos del club de Polvorines que ingresan a los blogs de Excursio para festejar y revindicar que masacraron a palos a un jugador que estaba en muletas...
Decididamente me siento pésimo. Ya no sólo por las agresiones que sufrieron mis conocidos, amigos y colegas de la CD, los jugadores, sino por el saldo de los mismos, ya que en algunos medios informan que el vice Gustavo Antelo dijo que el querido Eduardo Castro, protesorero del Club también salvajemente agredido, podría perder el ojo derecho... no solo por eso y todo lo que está pasando, sino también por los silencios cómplices de Futbolistas Argentinos Agremiados, con Sergio Marchi a la cabeza, en un mutis por el foro...
Todo esto, la situación en que estamos inmersos ya como sociedad misma, la pérdida total de valores... parece que todo está perdido. Tengo dos hijos chiquitos. No sé qué país le estamos dejando. Me siento horriblemente pésimo.
Sepan disculpar estas líneas, tan pesimistas. No le encuentro la luz al túnel. Hoy no hablamos ni de previas ni de historiales ni de fútbol. Verdaderamente no me siento en condiciones anímicas como para hacerlo.
Lo único que pido es JUSTICIA: deportiva... y de la OTRA. Sólo así quizá pueda recuperar algo de fe y la esperanza en este pobre país.