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viernes, 7 de agosto de 2015

SOBRE MARIPOSAS Y ORUGAS.

Publicaciones - Ciencias Naturales


Texto: Eduardo Esparrach.

Damos por sentado que las mariposas son de los seres más inofensivos: las vemos como criaturas etéreas, dignas de cuentos fantásticos. Sin embargo en muchos casos no es así. Las mariposas y polillas – integrantes de la clase Insecta y el orden Lepidoptera- pasan en su fase evolutiva por cuatro estadios: HUEVO-LARVA-CRISÁLIDA-ADULTO. Dos de estos: el larvario y el adulto son los que pueden ocasionar accidentes.

ERUCISMO:

Es la patología que pueden producir las larvas de ciertas especies de mariposas o polillas, más conocidas con el nombre de orugas o “gatas peludas”. Su toxicidad se revela cuando nuestra piel entra en contacto con las vellosidades del animal, quien responde con la descarga de una sustancia urticante: la histamina. Al instante del contacto se siente un dolor punzante, intenso prurito y enrojecimiento de la piel afectada. Más tarde se originará una pápula (elevación de la piel circunscripta a la picadura) que a veces se transforma en una vesícula que demora una semana en curarse, si es que no se producen infecciones secundarias. 

No todas las orugas provocan esta sintomatología: algunas no provocan daño y otras desarrollan cuadros de baja o moderada intensidad, pero en el noreste de nuestro país, vive una oruga de color marrón verdoso claro con manchas amarillas en forma de “U”: la Lonomia oblicua, conocida como “taturana”, capaz de generar cuadros más severos. Un accidente con esta oruga puede producir incluso un cuadro hemorrágico de extrema gravedad, que se revela por hematomas o sangrado de las mucosas que incluso pueden hacer peligrar nuestra vida.

El tratamiento para las formas benignas se basa solo en lavajes con agua fría de la zona afectada. En casos más severos pueden llegar a requerirse corticosteroides y anestésicos tópicos o antihistamínicos por vía oral. Pero la máxima gravedad responde a cuadros hemorrágicos, los que requieren una conducta de urgencia y la internación inmediata.

LEPIDOPTERISMO:

El contacto con algunas mariposas o que parte de su revestimiento que se deposite en nuestra piel, puede causar un cuadro clínico similar al ya descripto anteriormente, aunque de menor intensidad. La mariposa que más accidentes provoca en nuestro país es Hylesia nigricans más conocida como “mariposa negra”. Sucede que estas mariposas pueden aparecer de a miles de acuerdo a la temperatura y humedad ambiente, provocando las consabidas dermatitis.

Este lepidóptero tiene una zona de distribución a lo largo de la cuenca baja del río Paraná y Río de la Plata, desde Rosario hasta La Plata. Las medidas a tomar son prácticamente las mismas que vimos para los accidentes con orugas. Como colofón, habrá que inducir a los niños a no tocar a las orugas, para evitarles daños y malos momentos. 

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