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Ciencias Naturales.
El gato montés. El más argentino de los felinos
Las intensas sequías y los pumas son amenazas naturales para el gato montés. Pero, por lejos, el hombre es su depredador principal. Trabajos de campo y campañas de concientización apuntan a cambiar esta realidad.
Los felinos son animales difíciles de estudiar debido a sus hábitos esquivos y generalmente nocturnos. Por eso que ha sido necesario desarrollar tecnologías para “observarlos” desde la distancia. En los 80 surgió la radiotelemetría, una técnica que consiste en equipar al animal con un transmisor usualmente adherido a un collar que emite una señal de radio.
Esa señal puede ser captada con antenas VHF y un receptor especial para reconocer la ubicación exacta del transmisor (y, por ende, del animal) a cada momento. Los beneficios de este método son enormes pues permite estimar, por ejemplo, la superficie de territorio que cada individuo necesita para vivir, sus patrones de actividad o de movimiento, qué sitios frecuenta o cómo se relaciona con otros animales de su especie o hasta con sus presas. Y todo esto sin verlo siquiera una sola vez. Pero, claro, primero hay que capturarlo y ponerle el collar transmisor, lo que no es tan sencillo.
ARGENTINO POR EXCELENCIA
El gato montés habita casi todas las provincias argentinas (a excepción de Misiones y Tierra del Fuego) y en ciertas áreas de países limítrofes. Es por eso que los esfuerzos de investigación que se realicen sobre este felino en la Argentina podrán contribuir en gran medida a su conservación global.
ARGENTINO POR EXCELENCIA
El gato montés habita casi todas las provincias argentinas (a excepción de Misiones y Tierra del Fuego) y en ciertas áreas de países limítrofes. Es por eso que los esfuerzos de investigación que se realicen sobre este felino en la Argentina podrán contribuir en gran medida a su conservación global.
A fines de los 70 la piel del gato montés tuvo un lugar destacado en peletería y unas 350 mil pieles fueron exportadas desde el país para nutrir el comercio internacional. Tal nivel de extracción de individuos llevó a las autoridades, finalmente, a proteger la especie a mediados de los 80. Hoy, tres décadas más tarde, poco sabemos sobre los posibles efectos que esa actividad puede haber tenido sobre sus poblaciones como, por ejemplo, la pérdida de diversidad genética.
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