1855 - 23 de Noviembre - 2018.
Belgrano cumple 163 años.
Por disposición de la Legislatura Porteña, hace unas décadas se fijó la fecha del 23 de Noviembre como el día de la fundación del Pueblo de Belgrano. Y se mantuvo como año el 1855, cuando se habían construido las primeras casillas.
Cuando el 20 de junio de 1820 falleció Manuel Belgrano, abogado, general y creador de la bandera, la Sala de Representantes de la Provincia de Buenos Aires decidió que el próximo pueblo que se fundase sería denominado Belgrano. Tras el prolongado gobierno de Don Juan Manuel de Rosas, en 1855 se creó una población en el extremo norte de las tierras del Restaurador, a la que se denominó Belgrano. Gracias a su buena ubicación, el pueblo creció rápidamente, llegando en pocos años a ser declarado ciudad, con la creación del partido de Belgrano (cuyos límites eran el Río de la Plata, el arroyo Maldonado y las actuales avenidas Warnes, del Campo, incluyendo su proyección dentro del Cementerio de la Chacarita, Chorroarín, de los Constituyentes y la calle Zufriategui, parte de su recorrido se encuentra junto a la Avenida General Paz). El núcleo histórico de la antigua población y luego barrio fue el área inmediata a las Barrancas de Belgrano en la orilla derecha del arroyo Vega, que actualmente corre "rectificado" y entubado bajo la calle Blanco Encalada.
En 1880, luego de la derrota de Carlos Tejedor, gobernador de la provincia, en las elecciones presidenciales ante Julio Argentino Roca, la provincia de Buenos Aires decidió unilateralmente echar a las autoridades nacionales de la ciudad de Buenos Aires, que hasta entonces funcionaba como capital tanto de la provincia como de la Nación, iniciando así el último coletazo de las guerras civiles que signaron el siglo XIX. El gobierno federal se instaló en la ciudad de Belgrano, en el edificio de la municipalidad (actual Museo Sarmiento), desde donde se dictó la ley de federalización de la ciudad de Buenos Aires. Tras el fin de las hostilidades, la ciudad volvió a su clima normal, hasta que en 1887 una ley nacional anexó los partidos de Belgrano y Flores a la Capital Federal. Desde entonces, Belgrano, que era una ciudad, se convirtió en el barrio de otra.
Desde fines de siglo XIX y hasta bien avanzada la segunda mitad del siglo XX este barrio se caracterizaba por la presencia de lujosas mansiones y grandes caserones rodeados de arboledas, ejemplos de los cuales eran el palacete de Gowland Moreno y el palacete Delcasse, más conocido como "La Casa del Ángel". Los estilos predominantes eran eclécticos, con elementos principalmente de las arquitecturas inglesa y francesa (estilos:" normando", "reina Ana", "Tudor" y "neoclásico francés" e incluso "art nouveau" o algún detalle del "art déco"), en lo que para algunos constituía una armoniosa y muy lograda síntesis.
Sin embargo, dos leyes fueron los puntos de partida para comenzar una notable evolución del aspecto del barrio, a partir de mediados del siglo XX. En 1948, se sancionó la Ley de Propiedad Horizontal, que permitió que finalmente los ocupantes de un departamento pudieran adquirirlo, ya que hasta ese momento sólo se podía alquilar una vivienda de este tipo. Y en 1957, la Municipalidad de Buenos Aires permitió mediante la Ordenanza 4110/57, la construcción de edificios en torre, a diferencia de los clásicos edificios entre medianeras.
Esta combinación, que se dio en un momento de auge de la construcción y del negocio inmobiliario, comenzó a ejercer rápidos cambios en la arquitectura y la vida en Buenos Aires, y rápidamente se expandió a otras ciudades del país. Pero fue en el barrio de Belgrano en que los resultados se vieron en un grado sin comparación, y el sector más notable fue el encerrado por las Avenidas Cabildo y del Libertador, entre las calles Federico Lacroze y La Pampa, es decir el casco histórico del antiguo pueblo. Esto se debió en parte a la forma de parcelamiento de sus manzanas, ya que al estar ocupadas por enormes residencias que ocupaban un cuarto de manzana cada una, resultaban terrenos costosos difíciles de mantener para una familia, pero muy tentadores para la construcción en altura.
Así, rápidamente comenzó el cambio. En el mismo año 1957, comenzó la construcción de la primera torre residencial, proyectada por el arquitecto Antonio Vermes en Teodoro García 1955, con 17 pisos de altura. En poco tiempo, un gran número de palacetes fueron comprados a sus dueños y demolidos, y las construcciones se multiplicaron a ritmo acelerado. Diez años después, un artículo sobre el tema arrojaba el número de 65 nuevas torres en un área de 30 manzanas. De todas formas, la transformación del barrio continuó durante la siguiente década, y aunque se paralizó durante los años '80, retomó su ritmo a mediados de la década de 1990, y durante la década de 2000 siguieron construyéndose nuevos edificios en los pocos lotes disponibles en los cuales sobrevivían casas antiguas. La mayor parte de los viejos dueños de los palacetes aceptaron como parte del pago pisos en las nuevas torres que se construirían; y de esta forma se llega al estado actual, cuando del antiguo Belgrano sólo sobrevive la arboleda de plátanos plantada hace más de un siglo, y el adoquinado de sus calles internas.
Como notable contraste, sobrevivió al auge inmobiliario un sector reducido del llamado Belgrano "R", que debido a la transformación cobró un nuevo valor como reflejo del aspecto que el barrio tenía hasta la década de 1950. Sin embargo, se trata de un área relativamente pequeña, y no se conservó íntegramente el tejido urbano, ya que se han construido edificios de altura, aunque en un número reducido.
El Bajo Belgrano
También conocido por el nombre de "Belgrano Chico" por los desarrolladores inmobiliarios, esta zona, que se encuentra bajando las Barrancas de Belgrano desde las vías del Ferrocarril General Bartolomé Mitre y hasta el Río de la Plata y desde la Avenida Olleros hasta la Avenida Congreso. Es inundable, por lo que sus solares eran de escaso valor y fue habitado por gente de pocos recursos.
Hacia fines del siglo XIX y principios del XX, tuvieron auge los deportes náuticos como el yachting (navegación de recreo, navegación a vela), que lo practicara Eduardo Newbery, hermano de Jorge Newbery, así como otras actividades deportivas como el fútbol (en 1911 se instaló en el barrio el tradicional Club Atlético Excursionistas).
Se hizo famosa la villa de emergencia denominada Bajo Belgrano, que en el primer gobierno de Juan Domingo Perón fue rodeada por un muro, y fue definitivamente erradicada con la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, cuando sus habitantes fueron forzados a irse.
Inicialmente barrio de antiguas casas bajas, con los terrenos ganados al río, mediante rellenos, la construcción de la avenida Cantilo y de la Ciudad Universitaria, junto al río, la zona dejó de ser tan fácilmente inundable y sus terrenos se valorizaron, de manera que hoy se levantan allí también casas y departamentos de categoría, que conviven con edificios más humildes construidos algunas décadas atrás. Esto es fácilmente comprobable si se recorre la Calle La Pampa desde el cruce con la Calle Miñones hasta el cruce con la Avenida Figueroa Alcorta.
Hacia fines del siglo XIX y principios del XX, tuvieron auge los deportes náuticos como el yachting (navegación de recreo, navegación a vela), que lo practicara Eduardo Newbery, hermano de Jorge Newbery, así como otras actividades deportivas como el fútbol (en 1911 se instaló en el barrio el tradicional Club Atlético Excursionistas).
Se hizo famosa la villa de emergencia denominada Bajo Belgrano, que en el primer gobierno de Juan Domingo Perón fue rodeada por un muro, y fue definitivamente erradicada con la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, cuando sus habitantes fueron forzados a irse.
Inicialmente barrio de antiguas casas bajas, con los terrenos ganados al río, mediante rellenos, la construcción de la avenida Cantilo y de la Ciudad Universitaria, junto al río, la zona dejó de ser tan fácilmente inundable y sus terrenos se valorizaron, de manera que hoy se levantan allí también casas y departamentos de categoría, que conviven con edificios más humildes construidos algunas décadas atrás. Esto es fácilmente comprobable si se recorre la Calle La Pampa desde el cruce con la Calle Miñones hasta el cruce con la Avenida Figueroa Alcorta.
El Palacio de los Leones, llamado así ya que en su portón principal al pie de una escalinata se levantaban dos majestuosos leones de mármol, perteneció a la familia Lacroze y estaba ubicado en la esquina de la Av. Luis María Campos y José Hernández. Construido a principios del 1900, los distintos integrantes de la familia Lacroze lo fueron heredando hasta que quedaron tan solo un par de hermanas que lo ocupaban. A la muerte de ellas, el palacio estuvo varios años vacío y en la década de 1940 era habitual escuchar a los vecinos narrar historias fantasmagóricas de ruidos extraños y sonidos espectrales. Al anochecer, la gente caminaba rápido por sus veredas o directamente evitaba pasar por al lado o por el frente de la propiedad. Finalmente en esa década, el palacio tuvo el triste destino compartido con otros palacetes de la zona: la venta y posterior demolición. Se parceló y desde las décadas de 1950, 1960 y 1970 se fueron construyendo la serie de edificios de departamentos que hoy día podemos ver, hasta que no quedó ninguna de las parcelas sin edificar.